SANTIAGO DE CHILE.– Se vio reflejado de inmediato en la odisea que había padecido hace unos pocos años. Rememoró aquellos días de pies llenos de callos y ampollas, de sudor, lágrimas y desesperación. Entonces, en un ritual inconsciente, detuvo su trote y atravesó la meta de los 1500 metros del decatlón caminando, tal como en su travesía por el desierto. La vida de Santiago Ford, el cubano que ganó el oro en esa prueba con los colores de Chile, tiene destino cinematográfico: “Al entrar a la meta me paré, pero no porque haya querido, sino que de repente me acordé cuando caminaba por el desierto a las cinco de la mañana, parado en medio de la nada sin saber qué hacer”, comentó el ganador de una medalla labrada tras un esfuerzo inaudito.